Prólogo nde mi novela

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Bambú
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Prólogo nde mi novela

Mensaje por Bambú » 05 Ene 2011, 16:42

“Marineros, cuidaos de los vientos si deciden navegar por el Atlántico. Es probable que las tormentas os arrastren a una tierra tan maravillosa como terrible, ningún navío que encalle en ella podrá volver a su patria”
Esto es lo que dijeron una vez en la escuela de navegación. Me llamo Marco Tulio, y soy el capitán de una espléndida goleta, o lo era hasta que decidí olvidar estas palabras. Llegué a este lugar cuyos indígenas llaman Tembásenas, y que a ojos extranjeros sería la Atlántida, arrastrado por una tormenta. Los atlantes nos impidieron a mis tripulantes y a mí volver a casa negándonos el acceso a los puertos, y como compensación nos entregaron tierras. En un principio, lo consideré absurdo, pero pronto comprendí el porqué de esta decisión. Desde hace unos siglos Tembásenas lleva sufriendo una crisis política y cultural que sólo se vería solucionada entrando en contacto con el exterior, pero nadie quería renunciar a las ventajas del aislamiento, como la escasa amenzaza externa. Así, se empezaron a llevar a cabo encantamientos que provocaban tormentas que arrastraban los barcos a tierra. Una vez en las costas, los barcos no regresarían a su país de origen, pues se les impide a los tripulantes volver a pisar un puerto. De esta manera, se aumenta la población y se enriquece una cultura decadente. De hecho, los atlantes, mitificados por el resto de civilizaciones, sobresalen únicamente en medicina y arquitectura, mientras que saberes relacionados con la política están muy abandonados. Esa es la razón por la cual han acabado adoptando la administración, y gran parte de la cultura, de sus “secuestrados”, especialmente los cartagineses y romanos.
A mal tiempo, buena cara, así que mis chicos y yo hemos acabado aprendiendo a convivir con nuestros raptores, así como a conocerlos. Pude descubrir que, ya que una civilización puede sufrir varias decadencias a lo largo de su historia para volver a resurgir, ha habido otras oleadas de barcos perdidos que han atracado en Tembásenas, por la misma razón que actualmente. La más llamativa para mí es la de los elfos tembasenios, tan antigua que este pueblo ya se considera autóctono. Según me contaron, descienden de los elfos de las tierras bárbaras (una raza similar a la humana, pero más ágil, de orejas puntiagudas, rasgos angulosos y espléndida apariencia física), pero se diferencian de éstos en la tez, más oscura, y en haber adoptado la cultura romana, quedando no obstante en sus costumbres sombras de sus orígenes, como su rivalidad con los enanos. Estos, también oriundos de Germania, son musculosos, paticortos y bajitos, mantienen sus belicosas tradiciones bárbaras, sin adoptar las romanas ni las cartaginesas y sueñan con morir en combate para alcanzar el Valhala.
Sin embargo, lo que más me maravilló fue ver cómo se materializaban en esta tierra los personajes de las leyendas que me contaban de pequeño. Sátiros, ninfas y centauros pasean por las calles y los comercios, aunque son muy escasos y no parecen vivir en las ciudades; se dejan ver de vez en cuando pero desaparecen a los pocos días. Dicen que suelen habitar en los bosques, pero nadie lo ha demostrado, pues los que han penetrado demasiado en el bosque nunca han llegado a salir.
Tembásenas es una tierra de contrastes, y está formada por cuatro provincias. Yo vivo en Adnega, como los demás romanos, pues las tierras de esta región están destinadas para ser concedidas a nosotros. Compartimos las ciudades con la nobleza élfica tembasenia. Egaptía es cartaginesa, e integrada casi exclusivamente por humanos; el resto de razas son minoritarias. Tarnhe- Dhur, también conocida como El Puente a Valhala es germánica, una tierra de enanos que conviven en armonía con humanos, y que limita con Adnega, sirviendo el enigmático Bosque de Tarnhe-Dhur, con su río y cordillera homónimos, como frontera. En esta provincia sólo hay una ciudad élfica, Midgard, en la que apenas hay elfos tembasenios, sino germanos; fundada hace poco a partir de ruinas antiguas y que recibe constantes ataques por parte de los enanos. Por último, Phyus es una región salvaje, separada de Egaptía por el Desierto de las Rosas y de Adnega por los enormes Picos del Hades. Nadie se ha atrevido a cruzar esas montañas, ya que bien merecido tienen ese nombre. Son unas cumbres de nieves perpetuas prácticamente infranqueables. Dicen que más allá de ellos los dioses tienen su residencia, custodiada por horripilantes bestias que pueblan toda la región, y que además hay una cueva que comunica directamente con la laguna Estigia. De esta manera, no aparecen detalles sobre la Phyus en ningún mapa. Esto no ha impedido que las leyendas acerca de los tesoros que guarda esta tierra hayan seducido a aventureros que tras intentar vanamente escalar los picos o atravesar el desierto no se ha vuelto a saber de ellos.
Dejo escrito esto para que otros marineros perdidos sepan adaptarse más rápidamente a la nueva situación y les animo a que no pierdan las esperanzas, que miren hacia el futuro y vean una vida acomodada que llevar a cabo en una tierra fantástica. No olvidéis a los vuestros, pero tampoco os olvidéis de vosotros mismos.

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yami_tsumi
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Re: Prólogo nde mi novela

Mensaje por yami_tsumi » 07 Ene 2011, 13:00

A mi me parece muy interesante, me ha gustado la descripción geográfica espero que sigas animándote y pongas aquí mas cosas.

Lo que no tengo claro es la situación en el tiempo, ya que no se si hablas del que escribió esto o acaso es alguien nuevo que lo esta leyendo bueno supongo que lo descubriremos si lo continuas jajaj XD

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